tag:blogger.com,1999:blog-54019467680437876472024-02-21T02:47:08.584+01:00El Blog de JupeBlog de Juan Pedro García.Jupérrimohttp://www.blogger.com/profile/07126085795314667370noreply@blogger.comBlogger4125tag:blogger.com,1999:blog-5401946768043787647.post-7094439655693825722012-11-06T21:46:00.003+01:002012-11-06T21:50:57.960+01:00Otero<br />
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="background-color: #3b3b3b; color: #e2e2df; font-family: 'Courier New', Courier, FreeMono, monospace; font-size: 15px; line-height: 20px; text-align: center;">
<u><span style="font-size: 16pt;">Otero<o:p></o:p></span></u></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="background-color: #3b3b3b; color: #e2e2df; font-family: 'Courier New', Courier, FreeMono, monospace; font-size: 15px; line-height: 20px; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: #3b3b3b; color: #e2e2df; font-family: 'Courier New', Courier, FreeMono, monospace; font-size: 15px; line-height: 20px; text-align: justify;">
Camino entre ignorancias y desidias intentando llegar a mi madriguera con la esperanza de que aún me estés esperando allí. Te encuentro tumbado e hibernando. Me acerco y te susurro. Sé que me oyes. Te acaricio. No respondes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: #3b3b3b; color: #e2e2df; font-family: 'Courier New', Courier, FreeMono, monospace; font-size: 15px; line-height: 20px; text-align: justify;">
Te alejas de mí durmiendo sobre el otero más inclinado. Intento subir el declive pero la pendiente no hace mas que arrastrarme más abajo. Cada vez te veo más lejos de mí y tú no haces más que dormir. Perezoso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: #3b3b3b; color: #e2e2df; font-family: 'Courier New', Courier, FreeMono, monospace; font-size: 15px; line-height: 20px; text-align: justify;">
La oscuridad nos atrapa. Es imposible huir de ella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: #3b3b3b; color: #e2e2df; font-family: 'Courier New', Courier, FreeMono, monospace; font-size: 15px; line-height: 20px; text-align: justify;">
Enciendo una hoguera quemando algunos recuerdos de espaldas a tu diván, pero me es casi imposible no mirar la cumbre del collado y verte sin hacer nada. Dormilón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: #3b3b3b; color: #e2e2df; font-family: 'Courier New', Courier, FreeMono, monospace; font-size: 15px; line-height: 20px; text-align: justify;">
Cuanto más se apodera el olvido de las llamas más el calor derrite los cimiento de tu otero acercándote hacía mí y empujándome a la lumbre. El fuego está muy cerca pero tú lo estas más. Arderemos los dos. Arderos en el infierno mientras nos pudren los gritos de los demás.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: #3b3b3b; color: #e2e2df; font-family: 'Courier New', Courier, FreeMono, monospace; font-size: 15px; line-height: 20px; text-align: justify;">
Ahora te tengo entre mis brazos. Soñando entre mis brazos. Ahora sufrimos los dos. Juntos. Los dos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: #3b3b3b; color: #e2e2df; font-family: 'Courier New', Courier, FreeMono, monospace; font-size: 15px; line-height: 20px; text-align: justify;">
Mis ojos se cansan, tu compañía me los cierra. Hibernaremos juntos. Quimera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: #3b3b3b; color: #e2e2df; font-family: 'Courier New', Courier, FreeMono, monospace; font-size: 15px; line-height: 20px; text-align: justify;">
Ahora duermo solo sumergido en una cama empapándome del mar de la igualdad, pero al pisar la orilla la evapora el sol de la sociedad.</div>
Jupérrimohttp://www.blogger.com/profile/07126085795314667370noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5401946768043787647.post-13400899715991857862012-08-21T03:17:00.004+02:002012-08-22T03:09:08.569+02:00Metsä<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><u><span style="font-size: 14.0pt;"><span style="font-family: inherit;">Metsä</span><o:p></o:p></span></u></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"> La luz de la luna penetraba entre los oscuros árboles sobre los que corría aquella bestia que aún me perseguía. Su pelo azabache cubría todo su cuerpo, sus zarpas se agarraban a la corteza de los árboles con fuerza y le impulsaban hacía el siguiente, sus ojos del rojo más oscuro me oprimían, sus dientes puntiagudos se dejaban ver entre unos carnosos labios negros.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"> Tropecé con una raíz sobresaliente de algún árbol, seguramente anciano, como todos losdel bosque. La bestia bajó de entre estos y se sostuvo sobre sus dos peludas patas. De su nariz emanaba el frío vaho de aquella noche. Observada mi temor. No podía huir.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"> Permanecí inmóvil ante aquella cosa. Extendió sus brazos y los introdujo en su boca, la abrió rompiendo sus mandíbulas hasta desenvolver de su interior una cabeza humana. Se quitó toda su piel como si de un vestido se tratase descubriendo que tras ese aterrador ropaje yacía una bella joven, tan blanca y pura como la nieve, tan frágil como el cristal. Perdí mi miedo ante ella. Me acerqué e intenté hablarle pero esta no respondía. Me miró tristemente y comenzó a llorar una sangre tan roja que parecía habérsela pintado sobre su piel. Las gotas de su llanto mojaron las hojas secas del suelo que crujían al compás de mis pasos al moverme extrañado por todo aquello que veía. </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"> Tras de ella una fuerte luz blanca me cegó de repente. Cientos de animales corrían, huían de aquello que me iluminaba y cegaba. Esta clareó un poco y divisé lo que a simple vista parecían máquinas y, no me equivocaba. Gigantescos artefactos de acero que iban talando los árboles, los más longevos seres de este bosque. Otras criaturas azabaches bajaron de entre las tinieblas. Me miraron fijamente, mudaron de piel, lloraron aquél jugo rojo, me suplicaban ayuda mientras podía escuchar a los árboles gemir. El bosque lloraba. El bosque moría y yo no podía hacer nada. Metsä.</div>Jupérrimohttp://www.blogger.com/profile/07126085795314667370noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5401946768043787647.post-39492041819419333362012-06-05T18:04:00.003+02:002012-08-21T03:20:35.574+02:00Los Vázquez<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<u>Los Vázquez.<o:p></o:p></u></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="text-align: justify;"><br /></span><br />
<div style="text-align: left;">
<span style="text-align: justify;">Toqué
el timbre de la casa y de lejos escuché un tranquilo y amable: “¡Ya voy!” que,
con frágil pero firme paso, se acercaba para dar la bienvenida a la visita.
Abrió la puerta y reaccionó de la manera que solo ella sabe reaccionar. Dolores
me envolvió en sus brazos, helándome el alma con la más efímera dulzura. Una de
sus ancianas manos agarró sutilmente la mía llevándome hasta el salón mientras
me contaba las ganas que tenía de volver e verme. Yo también deseaba verles,
para mí no es solo un trabajo, es más que eso, mucho más. Una vecina suya les
recomendó mi asistencia. Al principio no sabía si lo haría bien, nunca antes
había cuidado ancianos, y menos como Don José. Cuidarle a él era como cuidar a
un niño. Por Lola no tenía que preocuparme tanto, ella seguía como siempre,
estupendísima. Don José se pasaba la mayoría del día en su silla de ruedas. Ya
casi no hablaba bien, más bien balbuceaba. Desgraciadamente la edad no perdona…</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Llegamos
al salón donde se encontraba él. Estaba sentado donde lo ha estado siempre,
mirando fijamente su reflejo en la tele, escuchando el suave tic tac de un
reloj.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
– ¡Don José!- Exclamé.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Reconoció
mi voz. Lentamente giró la cabeza y demostró su alegría con unos lacrimosos
ojos que me miraban fija y apaciblemente. Un ligero ruido se escapó de entre
sus labios, él sabía que yo deduje lo que quiso decir, ¡vaya si lo sabía! Me
acerqué a él y le comente la alegría que sentía al estar con ellos de nuevo. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Dolores
entró en la sala con un buen plato de sopa, el pobre no podía comer más que
comida triturada o líquidos… </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-¿Has visto que sorpresa más
grande? ¡Julia ha venido a visitarnos antes de lo previsto!- dijo mientras
colocaba el plato de sopa en una bandeja con patas delante de su marido para
poder darle bien su comida. En ella, un vaso con agua y un montón de pastillas,
esperaban impacientes a que el plato principal del manjar les acompañara para
saciar el estómago de aquel maravilloso hombre. Intenté que me dejara darle yo
de comer pero Dolores insistió que no quería aguarme mi último día de
vacaciones. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Después de estar un rato disfrutando de su
compañía, volví a casa para descansar, pues mañana me tocaba trabajar ¡y qué
trabajo!</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b>***</b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Sonó
mi despertador y me prepararé para iniciar un nuevo día en mi vida. Llevé a mi
niño a la escuela y me dirigí a trabajar. Llegué a casa de los Vázquez, toqué
el timbre y de lejos escuche un tranquilo y amable: “¡Ya voy!”.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b>***<o:p></o:p></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ya
llevaba una semana de trabajo, esa mañana mi hijo iba de excursión a una
granja-escuela, por lo que tuve que ir a trabajar mucho mas tarde de lo
habitual. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Llegué sobre las 10 de mañana. Me
sorprende como Lola puede ella sola sacar a su marido de la cama y sentarlo en
su silla de ruedas. A veces no hacen falta pesas para llegar a levantar algo. ¿No
dicen que el amor mueve montañas?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cuando
llegué, Dolores estaba terminando de cocinar otro rico caldo de cocido. Preparé
la bandejita de Don José y se la acerqué a su trono real. Todo estaba listo, solo
faltaba el plato principal. Fui a la
cocina y con mucha cautela, recogí ese plato que deposité entre el agua y sus
medicamentos. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
–“Tenga cuidado no se vaya a
quemar”- bromeé sutilmente. Esperé lo suficiente para que el plato se enfriara
un poco, agarré la cuchara, la llené de aquel exquisito caldo y me dirigí con
firmeza a darle la primera cucharada.</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 3.0pt; text-align: justify;">
-¡Que
aproveche!- No hubo respuesta, no abrió la boca. –“Vamos Don José, ¿No tiene
hambre?”- Le dije mientras le observaba fijamente y, al mirarle, me percaté de
algo que cambiaría ese día. </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 3.0pt; text-align: justify;">
No pestañeaba. Le coloqué el dedo
debajo de su aguileña nariz. No respiraba. Grité su nombre, Dios sabe que lo
grité, lo hice desesperadamente, angustiada, anonadada por lo que mis ojos
veían y mi corazón no se atrevía a confirmar.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Dolores
vino a ver que era tal alboroto. Se lo conté, le conté lo ocurrido. Intentó tranquilizarme,
me dijo que solo estaba durmiendo, que pronto despertaría. Mis lagrimas y
gritos solo regaban la desesperación que me crecía por dentro, atravesaba todo
mi interior y rompía la alegría que desvaneció de mi cuerpo, como lo hizo la
vida de aquel pobre anciano, de aquel vividor.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b>***<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La
negra y turbia noche cubría el cielo. Su cuerpo se hallaba en el ataúd, su
nueva silla de ruedas.</div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b>***</b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El
tiempo comenzó a rugir. Lluvia, truenos. Dolores no apareció en toda la noche… </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b>***</b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Al
día siguiente me acerqué a la casa de los Vázquez, quería ver como estaba
Dolores. Toqué el timbre de la casa y de
lejos escuché un tranquilo y amable: “¡Ya voy!” Me abrió la puerta y me dio
otro de sus abrazos. Con mi mano cogida caminamos hacia el salón, le pregunte
que cómo se encontraba. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-“Bien”-, me contestó.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Entramos
al salón me invitó a sentarme con ella, pero mi mente y mi mirada estaba
dirigida hacia otro sitio. Una vacía silla de ruedas estaba depositada en el
sitio de Don José. Junto a ella, una bandeja con patas que sobre esta,
albergaba una gran variedad de pastillas, un vaso de agua, y un buen plato de
caldo de cocido. Aquel mejunje de pollo y verduras estaba aún ardiendo, recién
hecho, esperando ser comido. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
- ¿Has visto la nueva mesita de mi marido?- Me preguntó
sonriente mientras miraba uno de esos programas del corazón. -¿Se ha terminado
ya su sopa?- recalcó haciendo que me pregunte qué estaría ocurriendo en esa
anciana cabeza… <br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
- Si. Ya ha terminado.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Se
levantó, recogió el plato y dijo:</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
–“Últimamente no come mucho
¿sabes?”</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Una triste pero entusiasta
sonrisa nació de entre mis mejillas. Don José siempre ha estado con nosotros y
siempre lo estará.</div>Jupérrimohttp://www.blogger.com/profile/07126085795314667370noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5401946768043787647.post-83373083134810845882012-06-05T18:02:00.002+02:002012-08-21T03:20:53.109+02:00Crónicas de un Accidente<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<u><span style="font-size: 14.0pt;">Crónicas de un accidente<o:p></o:p></span></u></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
15 Abril 1998</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-Despierta Germán. Por Dios, no
nos dejes ahora. Germán, no nos dejes ahora.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Esas palabras se me clavan como agujas
en la cabeza. Todas las noches la misma historia. Pesadillas. Se repiten una y otra vez, todas y cada una
de las noches que puede abarcar un maldito calendario. Hoy hace un año
exactamente desde su muerte. Lucia, te
echamos tanto de menos. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Yo, Germán Asensio; no me veía
capaz de criar a una niña solo. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El 15 de Abril de 1997 volvíamos a Llanes, nuestro pueblo; después de
una boda familiar. Silvia, mi hija…. Nuestra hija, no quería
venirse a la boda, así que la dejamos con su Tía. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Lo poco que recuerdo es que se
cruzo un ciervo por la carretera, un maldito ciervo. Después, oscuro. Entonces
ocurrió: “Despierta Germán. Por Dios, no nos dejes ahora. Germán, no nos dejes
ahora.” Escuche su voz, era la de Claudia, una amiga de la novia que vivía en
nuestro pueblo y accedimos a traerla. En ese momento, es ese maldito instante,
abrí los ojos y… Lucia no estaba allí. Con el coche volcado, Claudia estaba
intentando reanimarme, y lo consiguió, vaya que si lo consiguió, todavía me
estremezo entre dolores. Aun sigo pensando por qué razón Claudia decía: no nos
dejes, estando ella sola… Quizás, cuando claudia dijo eso, Lucia todavía estaba
viva, y salio a buscar ayuda y se perdió ¿no Germán? -No te inventes historias,
no te martirices más. Lo pasado, pasado es.</div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
16 Abril 1998</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Silvia sigue sin dirigirme
palabra. Pobre, a veces la escucho hablarle a su madre, hace como yo, se
auto-engaña para intentar no entrar en una profunda depresión. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Todavía no he salido ni un solo
día de mi casa. Mis heridas cicatrizaron solas, Dios sabe que odio los
hospitales. Hoy me dispongo a salir por primera vez.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ya por la tarde, cogí mi chaqueta por que, pese a que Llanes sea un
pueblo costero, hace un frío que convierte la cara en una escultura rígida de
hielo. Llegué al puerto donde Lucia me dio el “si quiero”. Que recuerdos. De
repente me percate de una silueta que brotaba de entre la espesa y cándida
niebla. No le di importancia. Después de un breve paseo por el portuario
pueblo, volví a pasar por ese puerto que con tantos recuerdos me hacia deleitar.
Aún está ahí. Esa silueta. Ni un músculo movía. Al ir acercándome, poco a poco
descubrí que se trataba de una mujer, y aún mas cerca, que era un ilusión
óptica. Su silueta me hipnotizaba, me
recordaba a la de mi bella Lucia.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Volví a casa. Silvia estaba haciendo
deberes en su cuarto, para ser una niña de 10 años tiene bastantes. Me acerqué
a su puerta.</div>
<div class="MsoNormal">
-¿Todo va bien Silvia?</div>
<div class="MsoNormal">
(No hubo respuesta)</div>
<div class="MsoNormal">
-Silvia, que mal he hecho yo para que no me hables. Yo no
tengo la culpa de que…</div>
<div class="MsoNormal">
(Un silencio jugueteo por la sala)</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
17 Abril 1998</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-Despierta Germán. Por Dios, no
nos dejes ahora. Germán, no nos dejes ahora.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
2:30 de la madrugada. Hora del
accidente. Hora de las pesadillas. Siempre a la misma hora, escucho esa frase y
PUM. Me despierto entre sudores.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
18 Abril 1998</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
He vuelto a salir al pueblo, la
misma historia, la misma silueta, la misma ilusión.</div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
19 Abril 1998</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Estoy cansado de todo esto, voy a
averiguar qué rayos pasó esa noche. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Le deje un mensaje en el contestador a la tía
de Silvia, diciéndole que viniera a por ella, que iba a estar fuera unos días.
Le puse un mensaje escrito en un papel a Silvia, ya que ella no estaba en casa;
en el decía que iba a estar fuera unos días. No di motivos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: 14.0pt;">***<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-Taxi.- Llamé. No hubo
respuesta.- Taxi.- Repliqué otra vez. Nada.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Decidí ir andando, no estaba muy lejos, una
o dos horas andando como mucho, cuando llegara allí iría a la casa del bosque
de mi hermano Alberto, le prometí que iría pronto ahí para hacerle una visita.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ya de noche llegué al sitio del accidente.
Cruce la calle para llegar al camino que lleva a la casa de mi hermano cuando
unos faros me cegaron la vista. Era mi coche. Se abalanzaba hacia mí, no tenía
tiempo de reaccionar. Esta vez yo era el ciervo, yo era el maldito ciervo.
Cuando el note el frío acero de mi coche en contacto con mi piel, me di cuenta
de que nada era real. Perplejo, me dirigía a la cabaña de mi hermano cuando un
dolor tremendo me sacudió el costado. Que sorpresa me lleve al ver una herida
en la zona, donde en esa pesadilla de mi imaginación, había notado el duro
tacto del coche.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pasados fácilmente los 10 o 15 minutos de caminata, llegué a la cabaña
de mi hermano Alberto, esa casita de madera rodeada de árboles. Toqué la
puerta. No hay respuesta. Empuñé el pomo y lo hice girar hacia abajo. Estaba
abierto. En el salón estaba puesta la cena. Tres platos de sopa, me recordaba a
“Ricitos de Oro”, el cuento favorito de mi hija. Esperé junto a la chimenea
mientras la llama coexistía entre las
breves cenizas que arropaban el frío suelo del fogón. Cansado de esperar, me
acosté.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
20 Abril 1998</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
2:30 de la madrugada: Esta noche
no hubo pesadilla pero, algo me despertó. Un fuerte golpe. Salí al portón a ver que era ese extraño
ruido. Unas luces que salían de entre
los árboles, las seguí hasta darme cuenta de que no eran otras luces que las de
los faros de mi coche, de mi coche destruido, tras un maldito ciervo
atropellado.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Corriendo me acerque y tal fue mi sorpresa al ver a Claudia diciendo su
maldita frase:</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-Despierta Germán. Por Dios, no
nos dejes ahora. Germán, no nos dejes ahora.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No estaba sola, Lucia estaba de pie, desesperada y angustiada. No hacia
mas que llamar por teléfono para pedir ayuda pero era casi imposible, en esa
zona no hay cobertura.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No pude resistirme. Tuve que tocarla. Tuve que sentirla otra vez.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Al tocar la Sueve piel de Lucia, un recuerdo invadió mi mente como una
manada de búfalos en el salvaje oeste. Era yo, estaba conduciendo por la
carretera, iba un poco bebido mientras Lucia no hacia nada más que repetirme
que le dejara conducir a ella, que no estaba en buen estado. De repente, ocurrió. Ese animal. Di un
volantazo para no atropellarlo y el
coche volcó, fue inútil, igualmente mate
a ese animal.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Lucia salió de entre los restos de esa tumba de metal, mientras, dentro,
Claudia intentaba despertarme.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-Despierta Germán. Por Dios, no
nos dejes ahora. Germán, no nos dejes ahora.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Lucia consiguió cobertura. Llamó. 15 minutos
después llegó la ambulancia.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ayudaron a Claudia y a Lucia a sacarme del
coche. Se me nubló la vista. Deje de ver.</div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
21 Abril 1998</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ahora lo comprendo todo, por eso
no me contesta mi hija, por eso estaban los tres platos de sopa, Lucia estaba
viva y junto con mi hija, cumplieron la visita que le prometí a mi hermano.
Silvia no estaba fuera de casa aquella noche del 19 de Abril de 1998, estaba en
la cabaña de mi hermano.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
-Despierta Germán. Por Dios, no
nos dejes ahora. Germán, no nos dejes ahora. </div>
<div class="MsoNormal">
Esas no eran
mis palabras de despertar, son mis palabras de despedida.</div>Jupérrimohttp://www.blogger.com/profile/07126085795314667370noreply@blogger.com0